lunes, 18 de agosto de 2014

Asamblea Distrital de Organizaciones Defensoras de Derechos Humanos.


Asamblea...ajena a prácticas violatorias de los Derechos Civiles y Políticos?

Con gran despliegue publicitario, significativa disposición de recursos técnicos, logísticos y humanos (todo con cargo al erario público) se desarrolló la convocatoria a la “Asamblea Distrital de Organizaciones defensoras de Derechos Humanos” por parte de la Dirección de DD.HH y Apoyo a la Justicia, dirección adscrita a la Secretaría Distrital de Gobierno; de la presunta “Bogotá Humana”.

Una agenda amplia que auguraba un escenario autónomo, democrático, y presuntamente ajena a prácticas violatorias de los derechos civiles y políticos.

Otra fue la realidad al momento del inicio de la asamblea el 25 de julio, primero porque, uno fue el orden del día que se relacionó en el plegable publicitario del evento y en tiempo real fue otro, empezando porque Gustavo Francisco Petro Urrego no hizo presencia para la instalación de la asamblea, por el contrario envió a su séquito de subordinados para tal fin pero con la misión complementaria de colocarle auditorio a Angelino Garzón con el propósito de empezar a aceitar su campaña electorera con el objetivo de la alcaldía de Bogotá o Cali, como textualmente lo refirió.

Antes, en las reuniones locales –al menos así se dio a conocer la Localidad Rafael Uribe Uribe- de socialización y organización de la asamblea, se enunciaba la intencionalidad de abordar el tema de militarización de la vida cotidiana, particularmente en Bogotá (en lo cual valga escribir no hay coherencia entre el discurso y la práctica de la administración de Gustavo Francisco Petro Urrego); situación que se corroboró en el evento en cuestión, ya que en un amplio perímetro, alrededor del sitio de sesión de la asamblea, hacían presencia efectivos de la fuerza pública, tanto de la policía como del ejército nacional, además de escoltas de civil; quienes no precisamente generaban un clima de seguridad, por el contrario con actitud de sabuesos querían encontrar antecedentes –de que tipo?- entre los asistentes, gentes del común, defensores de derechos humanos, activistas y líderes sociales y políticos. Incluso se impidió el ingreso de muchachos de organizaciones antifascistas, por manifestar tal hecho en sus prendas de vestir.

Quedó demostrado que el pueblo no necesita de esa llamada “seguridad”, de la que no pueden prescindir algunos personajes –no tan santos- que hicieron presencia en la asamblea y que no estaban en la programación; ya que habiéndose retirado, incluso de manera irrespetuosa, los personajes propiciadores de la militarización inicial del evento –claro ya habían logrado su cometido- con ellos desaparecieron militares, policías y escoltas, y nada diferente a la discusión, acuerdos, desacuerdos y compromisos, pasó.

Pero al igual que la anterior contradicción manifiesta del sistema, el estado y sus gobernantes, incluidos los que dicen disentir con tales prácticas, pero las practican; hubo dentro del desarrollo de la asamblea –por parte del funcionario y/o servidor público- Andrés Idarraga –director de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno- expresiones de coartar la palabra y de manera bravucona; contra uno de los participantes a quien quiso impedir su intervención a lo cual hubo resistencia por parte del afectado, igualmente trató de direccionar la intervención de Bertha Hernandez –panelista invitada-, actitud ésta que deja mucho que desear, de quien debería dar ejemplo al menos por su investidura, "director de derechos humanos", y por los temas propios de la asamblea “vigencia y garantía de los derechos civiles y políticos de
la ciudadanía y las tensiones que sus ejercicio genera” a propósito de la democracia, tolerancia, convivencia y participación que tanto pregona la administración distrital.

Seguimos en disposición de acción y observación tanto al compromiso, de la administración distrital con los acuerdos hechos en la asamblea y alentando a las organizaciones no solo defensoras de derechos humanos, sino, a las sociales y políticas, para que desde la movilización, la resistencia, la dignidad y la soberanía popular, materialicemos un buen vivir, entendido éste como una sociedad con goce pleno de derechos, una sociedad en Paz con Justicia Social.

Guillermo Arango M.
Observatorio DD.HH – Rafael Uribe Uribe
ODD.HH – RUU